domingo, 22 de abril de 2012
La diosa de la Fertilidad
La Diosa de la Fertilidad, ha sido representada tanto en grabados o dibujos, como en estatuas en muchas de las culturas de todo el planeta. Una de las estatuas que representaba a esta diosa fue la estatua en la que se basó el equipo artístico de Lucas Films para crear su Ídolo de Oro de la película En Busca del Arca Perdida. La diosa en la que se basaron, se denomina Diosa de Tlazolteotl, que se la conoce comúnmente como diosa de la fertilidad o diosa de obstetricia.
Esta diosa se encuentra dentro de las llamadas Diosas-Madres, que son parte de la mitología de la religión mesoamericana. Todas estas diosas generalmente tenían más de una función, como por ejemplo, la diosa Tlazolteotl, de la que llegaron a surgir hasta 180 iconos. Entre los arquetipos que representa esta diosa, se pueden citar como los más usados los siguientes: representa a la madre, la parturienta, la lujuria, el adulterio, y en general, todos los iconos de trabajo de la mujer, como las hilanderas y tejedoras, hasta la mujer médico o mujer guerrero.
El aspecto más utilizado de la diosa Tlazolteotl es la representación de la madre tierra, donadora de vida y diosa de la fecundidad, y, a la vez también, es la diosa de la locura, la cruel portadora de la enfermedad y la suciedad, asociadas al sexo. En este aspecto, Tlazolteotl, también es conocida como la diosa de la suciedad, pero su papel era el de purificar y curar. Ella se apodera del hombre, penetra en él y le deja caer en convulsiones. La imagen de la derecha muestra a la diosa con los síntomas de la enfermedad, que ella misma aporta a los afectados. El rostro desfigurado con los ojos acuosos, los miembros contraídos y retorcidos, también la boca espumante y ensangrentada, permiten reconocer la epilepsia. Además, la diosa lleva en una mano mazorcas de maíz como símbolo de la vida, en la otra un sonajero, que por una parte era instrumento ritual de la danza de la fecundidad, y por otra simbolizaba también, la enfermedad-azote.
Por su actividad de parir se le asocia más a la mujer madura, a quien protege en el embarazo junto con su criatura. En este contexto, la fertilidad de la tierra y la fecundidad de la mujer se solidarizan: "la tierra es una mujer y la mujer es la tierra". Ambas producen la vida y encierran dentro de sí el misterio de la creación. La madre humana no es sino la representante de la Gran Madre telúrica, porque "el alumbramiento y el parto son versiones microcósmicas de un acto ejemplar ejecutado por la tierra. La madre humana no hace sino imitar o repetir este acto primordial de aparición de la vida en el seno de la tierra".
También el modelo de parir fue instaurado por los dioses. Cuando las mujeres no podían parir, las parteras les hablaban así: "hija mía muy amada, mira que eres mujer fuerte, esfuérzate y haz como mujer varonil, haz como aquella diosa que parió primero que se llamaba Cihuacoatl y Quilaztli". Una advocación de la diosa Madre.
Tenemos que Tlazolteotl, en su desdoblamiento como Teteoinnan "Madre de los Dioses", era patrona de las parteras, médicas y de aquellas que echaban la suerte con granos de maíz. Por cierto, la práctica de la medicina y de leer la suerte mediante los granos de maíz, fueron actividades de la mujer porque los dioses así lo indicaron en el principio de la humanidad "...a ella le dieron [los dioses] ciertos granos de maíz para que con ellos curase y usase en adivinanzas y hechicerías y así lo acostumbraban hacer hoy en día las mujeres".
Ya centrándonos en la estatua que representa el proceso de la reproducción, la fertilidad y el parto, es la conocida escultura de Tlazolteotl, esta estatua presenta el dramático momento del nacimiento de uno de sus hijos, Centeotl (dios del maíz), o Xochiquetzal (diosa de las flores, fertilidad y el telar). La descripción del parto y la sorprendente expresión facial no suelen aparecer por norma general en las esculturas aztecas. La gente que se sentía culpable, le confesaba sus pecados, y ella devoraba sus demonios, limpiando la penitencia y estimulaba su renacimiento.
Tlazolteotl fue la diosa madre de los huastecos del golfo de México, quienes cultivaron el algodón y crearon maravillosas prendas; es posible que la escultura llevara adornos de algodón y plumas en las orejas y en la cabeza.
La pieza de arriba nos muestra una postura en cuclillas durante el parto, peculiaridad conservada aún entre muchas indígenas en México o como las aborígenes araucanas y las mujeres en el Egipto faraónico. El material empleado en la estatua es el jade una piedra preciosa de color verde oscuro casi blanco y a veces azulado. Sólo hay dos zonas en el mundo donde se puede encontrar: China que es el que mejores minas tiene, y Mesoamérica que no es tan bueno pero tiene más matices de color. Con esta piedra se hacían desde adornos corporales a estatuas y cuchillos de sacrificio.
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