jueves, 23 de junio de 2011
Atlantida
ATLANTIDA
¿Dónde surgió el mito?
Existe un relato inconcluso dentro de los Diálogos perdidos de Platón que describe la existencia de un continente emplazado más allá de las Columnas de Hércules (el Estrecho de Gibraltar) donde sus habitantes gozaban de una civilización tan sofisticada como jararquizada. Este relato se desglosa en dos obras de estos Diálogos titulados Timeo y Critias, donde el narrador detalla minuciosamente la estructura de Atlantis marcando su evolución desde su génesis hasta su desaparición por un temible maremoto fruto de la ira de Júpiter. Según explica Platón, el dios de los dioses, enojado por la "depravación de un pueblo antes tan generoso", decidió reunir a todos los dioses para... Y aquí se acaba el relato. Es evidente que su castigo tomó forma de maremoto, puesto que el resultado fue que el continente desapareció bajo las aguas, pero retrocedamos al inicio del relato y veamos cómo era esa civilización que tantos sueños ha despertado entre investigadores.
Según Platón por boca de Critias, los dioses se repartieron la Tierra en varias partes, correspondiendo este Continente a Poseidón. El dios de los mares permitió que allí vivieran Evenor y su mujer Leucipo, concretamente en la montaña que reinaba en el centro de la isla. De esa unión nació una única hija, Evenor, de quien se enamoró Poseidón y con la que finalmente tuvo cinco generaciones de hijos y gemelos. Así, este dios decidió fortalecer la isla distribuyéndola en círculos de mar y tierra como si de una gigantesca diana se tratara, y al primogénito le otorgó la porción correspondiente a la morada de su madre y antes de sus abuelos, es decir, la montaña central. Este hijo recibió el nombre que después se empleara para designar a toda la isla y el océano Atlántico: Atlas.
Con el transcurso de los años y manteniendo la jerarquía marcada en la distribución divina del territorio, la civilización atlante fue prosperando. Gozaban de fuentes termales, de minerales preciosos, de una fauna rica y tierra fértil, y para conseguir el mejor de los puertos de la época, realizaron canales que conectaban los círculos de agua entre sí, pues éstos eran un inmemorable resguardo natural para los barcos.
Riquezas, abundancia y sabiduría desviaron a los atlantes hacia la codicia de la conquista de las tierras occidentales, donde perdieron su virtud ante los dioses hasta provocar la cólera de los dioses hasta provocar la cólera de los mares que hizo desaparecer.
¿Pudo existir la Atlántida?
esde hace mucho tiempo, el hombre ha creído fervorosamente en la existencia de una civilización más avanzada a todas las conocidas por aquel entonces. Se llegó a decir incluso que si una tierra no se alzase en el mar cerca del viejo mundo, los hombres no viajarían y nunca se oiría hablar de ella, razón por la cual se debía aceptar su existencia. Y aunque también muchos pensaban que no era más que un cuento de hadas, la mayoría creía en ella hasta que en 1492 Cristóbal Colón llegó a costas Americanas. Comenzó entonces un largo periodo en el que se afirmaba que el Nuevo Mundo era aquella misteriosa civilización y se abandonó toda búsqueda y creencias.
Pero ya entrado el siglo XIX, con el avance de medios, nuevos descubrimientos hicieron renacer toda creencia y se demostró que tal vez, América no era aquella isla que una vez fue buscada.
A partir de entonces, toda serie de sucesos, hallazgos y creencias en seres lejanos, tal vez de otros planetas, algo que no fue posible hasta que la ciencia pudo demostrarlo o numerosos testigos eran ya capaces de comprender lo que veían, han hecho que se abra una nueva página en la historia de la Atlántida, desencadenando en unas conexiones que, sean ya posibles o no, vamos a tratar aquí, pues finalizando ya el siglo XX, somos capaces de asignar explicaciones casi-lógicas a casi todo, o por lo menos, sabemos que todo aquello que tiempo atrás era prohibido, ahora es real o muy posible.
El calendario solar azteca puede ser, en efecto, el mapa completo de la ciudad, tal y como lo describió Critias.
Se decía que los atlantes tenían adoración por el sol, la luna y la tierra, por este orden. Algo realmente básico y aceptable para la época en la que debió estar la ciudad. Basándose en esto, se piensa que construyeron otras tres colonias en honor a las tres deidades que adoraban.
La existencia de construcciones tan similares a cada lado del Atlántico, es decir, pirámides, se piensa que en efecto debían tener alguna conexión, una tierra que servía de nexo entre ambas culturas, lo que lleva nuevamente al tema de las tres colonias. Egipto podría ser claramente la colonia dedicada al sol, mientras que Sudamérica la de la tierra. Falta por tanto la segunda colonia, que siguiendo la lógica, estaría en el norte, donde la noche es más larga que el día, es decir, la colonia lunar. Se piensa que Islandia podía ser la clave, pero aún no se ha descubierto nada allí.
Además, estudiosos que se han basado en la idea piramidal, afirman que las tres colonias deberían estar situadas en lugares específicos. De sobra es conocido que de Egipto a México podría trazarse una linea casi recta, siguiendo el Trópico de Cáncer, lo que lleva de nuevo a la idea de la segunda colonia que sería la punta de la pirámide imaginaria.
Tampoco se ha descartado la teoría de que, si en efecto los atlantes tenían unos conocimientos tan precisos de la tierra, la Atlántida pudo estar situada justamente en la intersección entre el Trópico de Cáncer y el meridiano 40, y se podría decir que es el justo lugar donde se diferencian las dos placas litosféricas, con lo cual se deduciría que su movimiento pudo ser el causante de la desaparición de la ciudad.
Ignorando los detalles del continente, hay que centrarse en la posibilidad de que hubiera una porción de tierra suficientemente extensa como para considerarla un continente, y eso ya no se puede debatir con la misma tranquilidad que un relato de Platón.
Es cierto que se han encontrado tumbas de seres gigantescos en las islas Canarias, y que esto hace pensar en la posibilidad que algunos atlantes sobrevivieran al maremoto y llegaran hasta las islas afortunadas. También se cierto que hay registrada una erupción volcánica de una intensidad tal que provocó un maremoto más o menos cuando se supone que Atlantis se debió sumergir, así como existe una cordillera submarina que recorre de norte a sur todo el océano Atlántico y que, en algún momento, tuvo algunos de sus picos fuera del agua.
Pero todo ello no son más que datos confusos e imprecisos. Es una lástima que no exista constancia alguna de tal existencia. Por ello, si Platón pudo informarse en algún momento de Atlantis, debió ser gracias a Egipto, donde a diferencia de otras civilizaciones, el pasado se intentaba registrar en escritos, pues los egipcios eran conscientes de que el ir preguntando a los comerciantes más ancianos de los puertos si habían heredado algún conocimiento de sus antepasados.
Lo que está claro es que si hay algunos aspectos de Atlantis que ya han quedado descartados, aún quedan algunas incógnitas por resolver que un continente en medio del Atlántico solucionaría inmediatamente. Los arqueólogos siguen investigando en ello a la espera que la técnica les permita avanzar con más rapidez, pero lo que es cierto es que Atlantis existe de alguna forma.
Últimos hallazgos.
racias a los estudios e investigaciones geológicas locales que se han llevado a cabo se sabe, sin ninguna duda, que todo el archipiélago que abarca el arco que se extiende desde la desembocadura del caudaloso río Orinoco hasta el Yucatán son restos de tierras sumergídas que componían parte integrante del continente perdido.
Las analogías de idiomas, religión, monumentos, tendencias y costumbres entre americanos, íberos, etruscos y egipcios demuestra también la existencia de la Atlántida cuya costa occidental llegaba al Nuevo Mundo y la oriental a Europa.
Ha sido fotografiado en las profundidades del Atlántico, en la zona de la isla Bimini, en pleno Triángulo de las Bermudas, una especie de muro de varios metros de longitud, vestigio tal vez de una ciudad sumergida. Según el explorador submarino Rebikoff, es una construcción de tipo rectangular con contornos muy bien definidos, en medio de la cual se abría una especie de cámara, mientras que en otro punto observó una especie de canal de 550 metros de longitud, bordeado de muros tallados en la misma. Más tarde aparecieron los bloques sumergidos en todas sus colosales proporciones. Están formados por monolitos de aproximadamente 5 metros de largo, 5 de ancho y medio metro de altura, con un espesor bastante compacto. Cada uno de los bloques pesa aproximadamente 25 toneladas.
Aunque aún no está considerado como prueba, el calendario solar azteca tiene los mismos anillos que el mapa que describió Critias y cuadra en muchas facetas con dicho mapa. Incluso tiene talladas formas animales parecidas a caballos justo en la zona en la cual, según Critias, debía de estar el hipódromo, cuando todos sabemos que hasta la llegada de Colón, no había caballos en América.
Un gran número de aviadores que sobrevolaron el triángulo de las Bermudas han asegurado ver emerger del mar una ciudad entera, viendo en ella una actividad frenética. Han hablado incluso de gente de metro veinte de estatura, con ojos negros y rasgados hacia los lados y de complexión débil. Aunque esto último nos haga pensar en seres extraterrestres, no queda descartado del todo.
Al parecer, un estudioso alemán del tema dice en su libro sobre la Atlántida que los atlantes tenían cierto artilugio con cristales engarzados, que tenía una función similar a nuestro láser. Por desgracia no sé aún el nombre completo de este estudioso, por esa razón no lo hago constar.
También se ha descubierto parte de un muro sumergido de forma circular cerca de las islas Canarias. Por desgracia no tengo más datos datos o medidas de dicho muro.
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